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Neuroarquitectura: tendencia que reduce el estrés y promueve la satisfacción dentro de las oficinas
En la actualidad, cada vez se oye más la palabra neurociencia. Y es que la ciencia lleva mucho tiempo tratando de entender cómo funciona nuestro cerebro y las nuevas posibilidades, en este sentido, son más que significativas.
A su vez, otras disciplinas como la arquitectura están muy atentas para llevar estos avances a su propio terreno de juego; de ahí, nace la neuroarquitectura. Esta disciplina, resultante del diálogo entre la neurociencia y la psicología ambiental, es utilizada en el diseño de viviendas e incluso, oficinas.
Por esto, Lima Cargo City te trae la guía básica sobre la neuroarquitectura y su aplicación en el diseño de oficinas.
¿Qué es la neuroarquitectura?
La neuroarquitectura es una ciencia que investiga cuál es la influencia psicoemocional de los lugares en las personas.
En este sentido, incorpora los principios tradicionales de la arquitectura (estética, materialidad y simbolismo), con otros conceptos ligados a la neurociencia, al bienestar del ser humano, a su percepción, su confort y su salud.
Como resultado, los arquitectos y diseñadores se encuentran ante un gran desafío: la creación de sitios placenteros, que incentiven el bienestar, la felicidad y la productividad.
Neuroarquitectura en oficinas
En promedio, pasamos más del 30 % de nuestro tiempo trabajando en oficinas cerradas y considerando que el bienestar de los trabajadores influye en el rendimiento de la empresa, es primordial que estas se preocupen por buscar entornos saludables y óptimos para sus trabajadores. Esto ha tomado mayor relevancia en los últimos años, pues según estudios recientes el 90% del beneficio de una empresa depende de sus recursos humanos, de las personas.
Como consecuencia, la misión de los arquitectos especializados en equipamientos y edificios de oficinas comienza a cambiar para favorecer al trabajador que es el valor más preciado de las empresas y el usuario final del proyecto arquitectónico. Favorecer entendido como fomento del bienestar y la salud de los usuarios, su confort.
No obstante, el arquitecto Manuel Depierro, director de proyecto y construcción en la desarrolladora Codevelopers, resalta que este concepto no es nuevo, pero que la aceleración en aplicar estos cambios en las oficinas es producto de la pandemia.
“Si bien este concepto de neuroarquitectura no es nuevo, lo cierto es que tampoco logró consolidarse plenamente a lo largo de los años. Recién en los últimos dos, seguramente como consecuencia de los efectos que trajo la pandemia en nuestras vidas y hábitos en el hogar, se profundizó”, dice el arquitecto.
Los estudios indican que hay espacios que generan bienestar, mientras que otros provocan angustia y estas sensaciones y emociones repercuten directamente en el estado de ánimo de las personas, en su capacidad de concentración y de establecer vínculos con los demás. Por ejemplo, a través de estudios se ha podido comprobar que los techos altos en oficinas estimulan la creatividad. Asimismo, las ventanas permiten escapes psicológicos, que descansan la mente, logrando pequeños desvíos que se toma la mente y que mejoran el rendimiento.
Por otro lado, la luz facilita el aprendizaje y aumenta la productividad en equipos de trabajo. Asimismo, los layouts abiertos facilitan la sinergia y la colaboración, pues incentivan el encuentro de miradas y cruces corporales en la oficina. Incorporar plantas genera confort y emociones agradables.
En concordancia, un estudio reveló que la neuroarquitectura tiene en cuenta el ritmo circadiano, ya que la luz solar es fundamental para la regulación de los sistemas endocrino e inmunológico aporte adecuado de luz natural se producen alteraciones del ciclo sueño-vigilia, fatiga, falta de concentración, depresión, estrés.
Por lo mismo, considera la biofilia o el sentido innato de conexión con la naturaleza, un vínculo que es valioso conservar para el mantenimiento de la salud física y mental, pues al incorporar plantas en la oficina genera confort y emociones agradables.
Ahora bien, otro concepto relevante es la proxemia, que se trata de las distancias físicas que las personas mantienen entre sí para conservarse dentro de una zona de confort. La violación de estos límites del espacio personal provoca diversos grados de estrés y malestar.
Se suma el ruido como una de las quejas más frecuentes de insatisfacción laboral, esto se relaciona con el estrés producido por el ruido continuo en las oficinas que induce la liberación de cortisol. En resumen, esto afecta el procesamiento de las emociones, el aprendizaje, el razonamiento y el control de los impulsos.
Por último, la morfología, es decir, las formas en el entorno de la oficina que pueden proporcionar disparadores sensoriales. A través de técnicas de exploración cerebral se encontró que las formas angulares benefician el estado de alerta y concentración, mientras que las suaves y redondeadas satisfacen nuestra necesidad emocional de seguridad y protección.